En el diseño del canal era imprescindible no interferir con arroyos o ríos, para ello fue necesario la construcción de acueductos que permitieran el discurrir del canal continuando con la misma pendiente, salvando los cauces naturales sin alterarlos. El ejemplo más destacado es el de Abánades en Melgar de Fernamental, también conocido como Puente del Rey, que salva el río Valdavia. Fue proyectado por Fernando de Ulloa y construido entre 1775 y 1780. Consta de cinco ojos de bóveda de cañón, de doce metros de luz cada uno. La fábrica es de sillares de traza muy cuidada y destaca el pretil y las aletas laterales. Su longitud total es de 53,95 m y permite el discurrir del canal y de los dos caminos de sirga, con una anchura de 13 m. Si paramos en el cruce de la carretera con el canal, en el puente de Carrecalzada, junto al que encontraremos un embarcadero y un almacén hoy convertido en alojamiento turístico, en un ameno paseo a pie nos podemos acercar hasta el acueducto. Al paso encontraremos otras curiosas infraestructuras del canal, como las casetas de piedra de riego o un aliviadero, una zona preparada para el rebose de las aguas en caso de crecidas por fuertes lluvias.
Antes de llegar a Melgar el camino que llevamos desde Frómista nos ha hecho pasar por las localidades de Requena de Campos, Lantadilla, Osornillo y Osorno la Mayor, que merecen atención, especialmente esta última, por el palacio que hoy ocupa el ayuntamiento o, en sus afueras, el singular monumento megalítico del Dolmen de La Velilla. También podemos acercarnos a la localidad de las Cabañas de Castilla, cuyo pequeño tamaño contrasta con la de su castillo del siglo XV.
De Melgar de Fernamental, en su casco urbano, destaca la iglesia de la Asunción, el ayuntamiento plateresco y varias casonas y palacios, además de la posibilidad alojamiento y la oferta gastronómica, recursos que también encontramos en otras localidades, como Osorno.