Un equipo de investigadores de la Universidad de Cádiz lleva varios años estudiando un sistema por el que el proceso de envejecimiento del whisky o del brandy se reduce a una semana, adquiriendo sin embargo los mismos aromas y tonalidades que los que maduran en barricas durante lustros.
Para ello hacen circular los destilados por un circuito de virutas encapsuladas de roble americano al que además se aplican ultrasonidos.
Para ello hacen circular los destilados por un circuito de virutas encapsuladas de roble americano al que además se aplican ultrasonidos.