Es maestra de los equipos específicos de la ONCE desde hace 28 años. En este tiempo ha vivido en primera persona el cambio que ha experimentado la educación de los niños ciegos o con discapacidad visual grave en Andalucía y se ha sentido parte del éxito que ha supuesto la integración, gracias al impulso decisivo de la ONCE. Ahora afronta un curso distinto, cargado de incertidumbres, en el que los niños, sostiene, están dando toda una lección a los adultos en su capacidad de adaptación. Alcántara confía en que esta crisis sirva para que el sistema educativo vuelque su interés en reforzar el desarrollo emocional de los alumnos y en potenciar el papel de la familia dentro del sistema educativo.
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